Si no hay amor que haya sexo.

Vení a buscar tus cosas- dijiste.

Pero los dos sabemos como termina eso.

Te di un beso en el cachete, como si no te hubiese

besado todo el cuerpo ya.

Puse cara de mala y me pare dejando distancia.

Me miraste y me diste una bolsa.

Acá están tus cosas- dijiste y te reíste.

Me agarraste la mano y me acercaste a vos.

El beso que nos dimos todo lo encendió.

Tu lengua paseando en mi boca. 

Tus manos bajando a mi culo.

Me apretaste y la sentí, tu erección pegada a mi.

Hasta enojada te deseo.

En el beso empezaron las mordidas.

Mi mano metiéndose en tu pantalon.

Me bajaste el jean y me di la vuelta.

Mis manos sobre la mesa.

Tus manos en mi entrepierna.

Me corriste el pelo, me tocaste el cuello, te chupe los dedos

y de ahí fueron adentro.

Te odio- pensé en silencio.

Pero que rico se siente el sexo.

Tus dedos húmedos prepararon la función.

Sentí la penetración.

Me pegue a tu cuerpo.

Bien adentro.

El único momento donde nos entendemos.

Sin palabras tocamos el cielo.

Ritmo perfecto. Adentro y afuera. Sincronización divina.

Casi sin aliento, terminamos al mismo tiempo.

Convulsionamos entre risas.

La bolsa quedó en una silla.

Nos vestimos los dos.

Nos miramos y nos reímos 

Nunca nos entendimos.

Agarro mi bolsa, saco un libro, lo dejo en la mesa 

y te digo -Otro día vuelvo a buscar lo que me queda.

No funcionamos en el amor,

pero cuando hay sexo se me olvida la discusión.


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