Ser mis propios miedos.

Miedo a ser quien soy cuando nadie me ve.

Miedo a la incertidumbre de la libertad.

Miedo a la intensidad de mis emociones.

Miedo a la larga lista de obligaciones que me atan a la persona que “debería” ser.

Miedo a no cumplir mis propias expectativas, porque el miedo más grande lo tengo en mi mente, esa misma mente que me exige ser todo a la vez y ser perfecta, porque la equivocación es el peor de los miedos.

Porque al final solo puedo ser lo que mis miedos, me dejaron ser.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi tentación.

Si no hay amor que haya sexo.

Vainilla y coco.