Mi nada.

 Días en los que estás off.
El silencio retumba en todo el vacío interno.
Sentís que todo va demasiado rápido y vos no entendes el ritmo.
No te quedan fuerzas para pelear con tu mente.
Solo seguís.
No contas nada, porque a veces la tristeza se mezcla con dudas, con bronca, con inseguridad y ¿cómo explicar algo que ni vos comprendes?
Te enojas con vos mismo, porque de nuevo estas con la cabeza asomando al abismo. 
"Tengo todo para estar bien" -pensas, pero adentro, hace tiempo que nada se siente bien.
Queres un abrazo, pero alejas a todo el mundo.
No aguantas un reclamo más.
Pasas horas en tu cabeza, un zombie tiene más vida que vos.
El mundo te parece demasiado duro y vos estás demasiado frágil.
Pero seguís.
Fingís sonrisas, te esforzás para no cagarla en tu trabajo.
Y seguís.
“Todo bien”-contestas en automático.
La vida se te pasa por delante y vos solo respiras. 
Respirar, es lo único que te diferencia de un robot. No sentís nada.
Un cuerpo vacío, una cáscara, sin nada, la palabra “nada” te recorre adentro .
¿Qué te pasa? Nada. 
¿Cómo estás? Acá, todo bien.
¿Cómo se explica la nada que me pasa?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Punto suspensivo.

Andate.

Parate a ser felíz.