Nuestra nada.

Gaste cuadernos escribiendo de vos, porque harte a todo el mundo de tanto nombrarte.

Te deje mil veces en mi cabeza.

Repase esa tarde, detalle por detalle.

No había más vuelta que darle, me dolias.

Me dolía la nada que nos unía y mi corazón se confundía porque solo jugabas a quererme.

Me cree historias, para llenar las respuestas a las preguntas que nunca contestabas.

Me regalabas dudas. 

No me querías pero no me soltabas.

No te ibas pero tampoco te quedabas.

Éramos nada, un nada que me encantaba.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi tentación.

Si no hay amor que haya sexo.

Vainilla y coco.