Casi nada.
Amores de esos que te destrozan,
que te revuelven la vida,
el pelo,
la cama,
la panza
y la calma.
Nunca volví a ser la misma.
Esas canciones con las que dormíamos sonaban a vos,
a nuestros domingos,
nuestras pelis,
las tardes de lluvia,
nuestras siestas,
el café y el pan,
el faso y el sexo,
dormirme con tu ropa,
tus perros en la cama,
nuestro verano juntos y
las noches acostados en el piso mirando el cielo…
Pero siempre es temporario,
porque sin importar cuanto mi cuerpo se enrede con el tuyo,
llevamos un tiempo siendo nada,
una nada que me aprieta el corazón,
me retuerce el estómago,
y se roba mis noches de sueño.
Una nada que me ata a vos y me deja vacía
porque siempre seremos un casi nada.
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