Bendecida.

Y hoy las mariquitas me acompañan 
porque yo le doy suerte a ellas.
Y así ando bendecida.
Porque deje de buscar el cuerpo perfecto.
Porque ya no me comparo con el resto.
Porque ya no doy explicaciones por mi pelo.
Porque hoy hablo de lo que quiero.
Sexo, libertad, drogas, amor y siestas.
Porque mi reloj ya no funciona al ritmo del resto.
Ando bendecida porque todavía le rezo a Dios,
aunque ser buena persona sea la mejor religión.
La magia me persigue porque siempre estoy disponible a su encuentro.
Ya no espero al clima perfecto.
Ya no espero nada del resto.
¿Si hoy ya te tenes a vos, a quién más esperas?
Ando bendecida porque puse el oído ahí cerquita del centro, y escuche a mi corazón decir: Que te chupe un huevo el resto.
Hace la prueba. ¿Qué dice 
tu corazón?




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