Catarsis 19/10
Mi estómago un nudo.
La garganta me asfixia.
La piel de gallina.
Mis ojos a punto de largar un mar.
No sé donde quiero estar.
El cielo me calma.
La naturaleza siempre termina siendo mi refugio.
Me voy a una plaza.
Creo que todo me deja de doler un poco, cuando el sol me da en la cara y veo la hojas de los árboles moverse.
Respiro libertad.
La calma que trae el silencio.
Observar lo que es.
Dejar ser.
La naturaleza me enseña.
Lo cíclico de la vida.
Amanecer y atardecer.
La dualidad en todas las cosas.
Morir y renacer.
Mirar el cielo y creer en los milagros, entender que todo pasa por algo.
La nostalgia de los viajes de verano.
Un porro, el cielo, un árbol y yo.
A veces siento que mi felicidad es inmensa, en esos instantes en que me tengo a mi y a nadie más.
El silencio me resulta confortable.
La soledad siempre será mi mejor compañía.
Encuentro paz en la simpleza.
No entiendo de vueltas, ni de complicaciones.
No me gustan las historias largas para contar lo simple, siempre fui impaciente.
Me cuestan las esperas.
Prefiero el silencio, que una mentira.
Todavía estoy aprendiendo a escuchar.
Prefiero un no, que una excusa de mierda.
Todavía estoy aprendiendo a no defenderme.
No quiero cargar con escudos.
No hay nada que demostrar.
Te doy la razón.
Qué más da.
No intento impresionar.
Intento aprender, que no todos piensan igual.
No todos saben amar.
Te puse a leer.
Pero esto no tiene un final.
Porque no hay nada que demostrar…
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