Curiosidad.

Tu novio tiene cara de salame y vos sos demasiado pan.
Te consideras hetero, pero cuando estamos solas empezas a dudar.
Sé que te mata la curiosidad.
Esta noche no me aguanto más.
El corazón latiendo al ritmo de la expectativa. Cada segundo era una tortura exquisita, hasta que finalmente tus labios se encontraron con los mios en un beso que desató el deseo contenido.
Poquito a poco baje a tu infierno, me lamí cada uno de tus pecados.
Entre tus tetas me saboreé tus demonios. 
Mis dedos dentro tuyo, el milagro provocaron. 

Con tu cuerpo encorvado y tus pezones erizados te olvidaste de tu novio.
Con mi lengua entre tus piernas la heterosexualidad se volvió frágil.
Mientras comíamos empanadas, te olvidaste del salame.
Mi reina, la curiosidad mató al gato y a vos te enseño de verdaderos orgasmos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi tentación.

Si no hay amor que haya sexo.

Vainilla y coco.