Un amor que siempre tuvo final.

Llegó el final. Nunca funciono. Jugar a quererse siempre sale mal, pero para llegar a esto pasaron por idas y vueltas, se quisieron, se desearon. Él ganó por cansancio y se hizo espacio en el corazón de ella. Por varios meses lo intentaron, jugaron a quererse, y pasaron del deseo al amor. Se conocieron de madrugada entre un vino y risas. Donde ella le contaba que solo buscaba sexo, pero él insistió en el amor. Ella solo le ofreció pasión, pero él desde la primera noche le entrego su corazón.

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