San Telmo.

 Me pierdo entre callecitas de San Telmo.
Hay tanto para ver, escucho a turistas pronunciar un español horrible.
Paseo por la feria. 
El de los sahumerios me regala uno. 
Me paro en un puestito de libros usados, me hipnotizo por un rato de caja en caja, leo títulos hasta separarme unos tres o cuatro. 
La que me atiende me mira seria, apenas de reojo, mientras me cobra me escupe un -gracias, con su peor humor. 
Recorro calles sin GPS.
Le saco fotos al cielo.
Escucho a una nena preguntarle a la mamá por qué mi pelo es así. 
Me quedo en una esquina escuchando a un chabon que canta un tema de Cerati. -Gracias totales y finaliza. Le dejo 200 pesos y me voy.
Hace mucho que tengo el hábito de salir a pasear sola y ya dejé de decir que voy sola. -Voy conmigo contesto ahora.
Sigo recorriendo callecitas de San Telmo conmigo misma.

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