Voy lento.

 Voy lento.
Son las 4 de la tarde.
Estoy tirada en el piso, en el pasto, 
Es uno de esos días en los que no encuentro mi lugar.
Mi cabeza me repite una y otra vez que voy lento.
Simplemente tengo la sensación de no ser suficiente.
Quien me juzga soy yo misma y me cuesta aún más arrancarme mis propias críticas.
Voy lento.
Y aunque no sepa ni a donde voy, mi cabeza sigue gritando que me apure.
No sé el camino.
Pero voy lento.
No importa todo lo logrado si al final del día, ahí está de nuevo la voz.
Voy lento.
Tengo la sensación de vivir apurada.
Y llevo toda mi vida viviendo así.
Aunque a percepción de otros esto se vea muy distinto.
Aunque mi reloj me diga que llegue a tiempo.
En mi cabeza está claro.
Voy lento.


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