Ritual.

Era un ritual.

En el que tu cuerpo y el mio se encontraban.

Nunca entendí la magia que éramos capaces de crear.

Cada movimiento tuyo encajaba con los míos.

Tu cuerpo y el mío en puro éxtasis.

El mundo dejaba de doler y todo se reducía a esa habitación.

Mi cama, tu piel, tu sudor, una peli de fondo.

Nada separaba tu cuerpo del mío.

Las sábanas mojadas, respiraciones aceleradas, gemidos escapando.

El ritmo subiendo, cada vez más rápido.

Te toco el pelo, tan mío, tan cerca y a la vez tan lejos.

El final. Dulce final.

Músculos aflojando, la tensión bajando, tu boca encima de la mía, risas de por medio, espasmos involuntarios, tu pecho pegado al mío, tu corazón acelerado.

Tan mío. Tan nuestro. 

Ritual de orgasmos.


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