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Mostrando entradas de noviembre, 2023

La vez que me rompí el corazón

La vez que mi corazón se rompió. No cociné por un mes. Dejé de entrenar. Intenté llenar el vacío, como todos los adultos que conozco: con alcohol, drogas,  películas  y series. Sabía, que la vida seguía. Pero me rompí igual. La cabeza entiende rápido, o la mía siempre funcionó así. Pero el corazón, es otro mambo. Intenta consolar un corazón a las 3 de la madrugada, o un domingo a la tarde, cuando  la única que te abraza, es la soledad . Cuando mi corazón se rompió, no pude buscar otro cuerpo, así tan rápidamente, como hiciste vos. No quería sentir otras manos, recorriéndome la piel. No lloraba, como si hasta mis lágrimas  te hubieras llevado. Te eliminé y agendé incontables veces. Cerré las redes sociales, las volví a abrir. Miré cien veces tu foto de perfil. Te busqué en cada calle. Esperé cada madrugada un mensaje. Miré estúpidamente nuestras conversaciones. La mierda de extrañar lo cotidiano. Extrañé a tus perros. Guardé memes, por si volvíamos. Guardé los dibujos, que te hice y nun

Redes.

Sigo eligiendo la vida fuera de las redes sociales. Cuanta fotito fingida, de relación feliz. Cuantas fotos con amigos falsos. Cuanta gente carteleando la gira. Cuanta fotos a la birra. Cuanta ansiedad por likes. Cuantas sonrisas falsas. A algunas les conozco mas el culo que la cara. Cuantas fotos para impresionar. Cuanta falsa publicidad. Cuantos moños que se regalan. Cuanta gente creyéndose importante por la cantidad de seguidores. Cuanto cuerpo hermoso y cabeza vacía. Preguntate, ¿Cuánta vida se te va, mirando a los demás,  a través del celular? 

Magia.

La magia está ahí. En el árbol más bonito de la plaza. En el cielo, sin importar el clima. En el asiento que se desocupa, justo  cuando venis cansada. En el auto que te deja pasar. En la doña que ves regando las plantas,  todas las tardes. En la felicidad de tu perro cuando llegas. En el mate con bizcochitos. En esa kiosquera, que siempre te atiende  con buena onda. Los domingos con la familia. Las tardes de siesta. Encontrar la birra en oferta. Las risas con amigos. La ducha fria en pleno verano. La cumbia y el vino. La magia sos vos, brillando y recordando  que viniste a ser felíz. Aprendí, que la magia está en todas partes, pero solo se muestra, a quien realmente quiere verla.

Parate a ser felíz.

Saborea lo cotidiano. El silencio de la mañana. El calorcito del mate. La caminata hasta el laburo. Fijate en lo chiquito.  En lo simple, eso que das por hecho. En el "buen día" que te dice el chofer. En la sonrisa que te regala la nena, que viaja en el asiento de enfrente. Saboreate esa canción, que pones todas las mañanas. Mira el cielo. Respira, antes de dedicarle una puteada interna a tu jefe. ¿Y si solo por hoy, prestas atención a lo que almorzas y no miras el celular? Para saborearte la vida, necesitas eso.  Prestar atención. Es casi una magia. El tiempo se detiene, cuando te enfocas en los detalles. En lo rico de la comida.  Los perros jugando en la calle. En la risa de tus compas del laburo. En lo que dicen las canciones del Pity. Parate a sentir. Presta atención. Porque todo lo que vivis ahora, en un segundo se convierte en recuerdo. Como cuando extrañas cosas del pasado, que te hicieron feliz, pero mientras lo vivías, no sabías que lo estabas siendo. Hoy parate a s

Dejar de intentar.

¿Quién debería de ser para que te quedes? ¿Qué parte de mi te estorba? ¿Qué es lo que te hace dejarme, en medio de la nada? ¿Cuál es la parte defectuosa de mi? ¿Qué me falta para alcanzar el altar, ese que me creaste en tu cabeza? ¿Qué parte debo mutilar en mi, para encajar en tu rompecabezas? ¿En cuántos pedazos más debo romperme, para entrar en tu molde perfecto? ¿Cuántas batallas debo luchar, para ganarme tu corazón? ¿Cuándo seré digna de tu amor? ¿Cuánto más debo  desarmarme para ser parte? ¿Cuántos disfraces debo ponerme? ¿Cuál personaje toca interpretar? ¿Qué máscara queres hoy? ¿Alguna vez seré suficiente? ¿Alguna vez dejarás de pedirme más? ¿Alguna vez lo dejare de intentar?

Queriendo.

Te estoy queriendo y tengo miedo que la burbuja se explote. Que ya no pueda jugar con tu pelo, mientras te tengo apoyado en mi pecho. Que ya no pueda reírme de los sonidos raros que haces al contarme algo. Que nuestra ropa interior, ya no se enreden juntas entre las sábanas. Que ya no haya sexo en la ducha, post sexo en la cama. Que mis pies ya no se calienten con los tuyos, en las noches de frío. Que tus manos ya no me aprieten los cachetes, mientras me besas. Que ya no haya abrazos de reencuentro, después de días sin vernos. Nos estamos queriendo y me da miedo que tanta felicidad se nos agote. Que sea cierto, eso de que la vida no es todo color de rosa. Pero si estoy con vos, me banco la vida de cualquier color. Porque nos estamos queriendo y ya no me importan los miedos.

Andate.

Solta. Andate boluda. Deja de mendigar migajas. Deja de esperar que mágicamente se de cuenta que te quiere. Deja de dedicar tiempo a esa inestabilidad. Las vueltas para la calesita. Sacate el cartel de oferta. El amor es claro. Quien no sabe lo que quiere, que se clave una paja, porque vos te mereces tremenda revolcada y besitos en la frente. Andate boluda.  Que las medias son para los pies,  porque el amor a medias no existe. Porque las idas y vueltas te revuelve la panza  y te dejan llorando en la madrugada. Andate, porque nadie que valga la pena va a  llenarte de tantas dudas. Solta, porque se te apaga la sonrisa por cada noche que te deja plantada. Andate boluda, porque quien te quiere, no duda.

Cobarde.

Cobarde vos, que no te dio el pecho para aguantar el amor. Cobarde vos, que preferiste soltar mi mano, antes que aguantar una mala racha. Cobarde vos, que prometiste lo que no cumpliste. Cobarde vos, que disfrutaste del viaje, pero no te bajaste a empujar cuando algo no funcionó. Cobarde vos, que solo reíste conmigo, pero los mocos los banque sola. Cobarde vos, que compartiste mis triunfos, pero huiste en mi derrota. Cobarde vos, que me acompañaste en la luz, pero en la oscuridad, me toco pelear sola contra los monstruos. Cobarde vos, que no te dio la nafta para acompañarme y me dejaste  tirada en medio del viaje. A vos cobarde, te agradezco por enseñarme que siempre me tengo a mi y que lo tibio, hace doler la panza.

Deja.

Deja de buscarlo.  Nadie que valga la pena, se va sin  explicación clara. Deja de llorarlo. Nadie que merezca tus lágrimas, te va hacer derramarlas de tristeza todas las noches. Deja de intentar saber de él. Nadie a quien le importes, desaparece de un día para el otro. Deja de justificar sus actitudes. Nadie que te muestre desinterés, te puede  querer sanamente. Deja de buscar respuestas. Deja de preguntarte, cómo pudo irse  después de todo lo vivido. Deja de preguntarte si te extraña. Deja de preguntarte qué hiciste mal. Deja de sostener, a quien nunca quiso quedarse. Deja de intentar volver a unos brazos que  nunca fueron tu refugio. Deja a quien ya hace mucho tiempo, te dejo.

Crecer.

Los juguitos en la vereda. Andar en bicicleta de esquina a esquina. Tomar la merienda en la casa de la vecina. Que mis hermanos me molesten por ser la menor. El matecocido con leche y pan. Mis Topper blancas. Mi guardapolvo con volados. Ser la primera de la fila. Pagar el pasaje escolar y con monedas. Mirar el Zorro mientras almorzaba. Que mi única responsabilidad sea limpiar la mesa y barrer el comedor. Mi perra Mia. Sacar fiado en el kiosco de Pedro. Jugar al poliladron. Tiras de caramelos Fizz. Alfajor Fulbito. Cartuchera de tres pisos. Hojas Éxito. Saltar la soga. Mancha congelada. ¿Para que mierda queríamos crecer no? Yo ni creci tanto.  26 años.  1.49 de altura. Ya no sueño con crecer.

Soledad.

Me enamoré de la soledad. Mi zona de confort. Mi lugar seguro. Mi libertad. Mi tranquilidad. Mi ritmo. Mi espacio. Mis silencios. Mi calma. Mi felicidad. Pero habitar la soledad también es: Demasiada libertad. Demasiada tranquilidad. Demasiado espacio. Demasiado silencio. Demasiada calma. Demasiada felicidad. ¿Algún día sabré, cuanto es demasiada soledad?

Cumbia y vino.

Prendo el parlante y le mando play. Me sorprende como un par de temas, me transportan a recuerdos de personas, lugares y viejos momentos… Me rio por todo lo que pase, cantando cumbia a los gritos. Cuántos vinos me tome, cantando Leo Mattioli. Cuántos besos di, mientras bailaba Los Bybys. Cuánto lloré, cantando los temas de la Sonora y Gilda. Cuántas risas, jodas, juntadas, giras y cuántos domingos de amanecer cantando Koli Arce. Cuántos teclados imaginarios toqué. Cuántas mañanas amanecí afónica de tanto gritar: “mira como está la vagancia en este baile”. Cuántas cumbias de los trapos grité, agitando los brazos al cielo. La cumbia me acompañó en momentos de alta fiesta y felicidad. Pero también en momentos de soledad, llanto y cajeteos interminables. Aguante la cumbia y el vino❤️ No imagino remate mejor para este texto.

Ausencia.

Encontrarme sola, mi cabeza y yo. Chats en blanco. Mensajes que dejo en borrador. El cielo eternamente nublado, ya no florecen las primaveras. El lado derecho de la cama vacío. Café para uno.  Cepillo de dientes sin par. No más duchas de a dos. La calma que no pedí. El eco de tu ausencia recorriendo la casa. No más mates y charlas de madrugada. No más chocolates en la cama. El vacío repleto de silencio. Te recuerdo tanto, que a veces me olvido de tu ausencia.

Vainilla y coco.

Sábado por la noche, ahí estábamos las dos, en ese bar. Ella con sus amigas, yo con las mías. Mirada va, mirada viene. Yo, que ya estaba con 3 pintas Porter, recorriendome la sangre, arranque la jugada. Me acerqué a bailar con ella. Uff... morocha, ojos enormes y hermosos. Su perfume dulce, impregnando todos mis sentidos, su cuerpo rozando al mio. Me empezó a provocar, su respiración en mi cuello, su boca acercándose a la mía, pero sin unirla en un beso, me invitaba a jugar... Me agarró las manos, las puso en su cintura y al ritmo de la música, dio media vuelta y de repente la tenía de espaldas. Subía y bajaba, su culo pegado a mi. Hasta que no me aguante más, le agarré la mano y desfilamos para el baño. El mejor tema empezaba a sonar, fila despejada, todos se fueron a bailar. Adentro del baño, cierro la puerta y sin mediar palabra,  le doy el beso que tanto espere, lengua va, lengua viene. Todo se enciende. Le levanto la pollera y mi mano se cuela en su tanga. Mis dedos se resbalan

Mi compañera.

Te miro y me sonrio. Por momentos siento que nos teletransportamos a otros mundos. Vos mi refugio chiquitito. Mi lugar feliz. Sos tanta magia contenida en cuatro patas, que me resulta difícil explicar. No tengo idea, a donde se va la tristeza, cuando te tengo conmigo. Porque cuando todo afuera me duele, vos me alivias. Con tu colita inquieta, a todos mis fantasmas ahuyentas. Me enseñas amor incondicional, ese amor del mas real. Pocos entienden mi locura por vos, porque solo pocos sabemos, lo que se siente en el corazón, cuando el mundo es una mierda, pero llego a casa y tengo esas cuatro patitas saltando a mi alrededor, festejando mi llegada, colita va, colita viene, felicidad compartida. Nada mejor que vos, compañera de vida.

Amor de mi vida.

Tengo toda la vida para conocerme. A veces acelero demasiado. Me olvido que en el movimiento lento, hay espacio para apreciar cada momento. La maldita inmediatez. Me quiero amar toda mi vida. Quiero enamorarme día a día. Hacerme el amor cada noche. Regalarme alegrías. Enamorarme de mi flequillo despeinado al despertar. Enamorarme del mar de lágrimas que soy, cuando algo me duele. Enamorarme de mis arranques de furia, cuando me enojo. Quiero amarme entera y en libertad. Enamorarme de mi luz, pero también de mi oscuridad. ¿Cómo te enamorarías vos, si fueras el amor de tu vida?

Puede funcionar.

Tenés tanto miedo a que te quieran bien, a que venga alguien que te descongele el corazón. Le tenés miedo a que te muevan el piso que te costó construir, a que llegue alguien, que te desordene la calma y la soledad. Que te confronte con tus ideas auto impuestas sobre el amor. Te da miedo soltar el disfraz de indestructible, del que NO se enamora. Te escondes detras de un cobarde "soy asi",  para no aceptar que alguien te quiere de verdad y sin condicionamientos. Te acostumbraste tanto a que te apaguen la luz,  que ya ni te la crees cuando llega alguien que te invita a brillar. Tenes miedo a dejarte amar. y te entiendo,porque siempre puede fallar. Pero quien te niega, que solo por esta vez, pueda funcionar?

Ovejas.

Miro a parejas convertirse en ovejas  y seguir al rebaño. Que meeeee quieran, Que meeee valoren, Que meeee cuiden... Amigo eso es lo mínimo. La vara cada vez mas baja. Si pedís como mendigo, recibís solo limosnas. Hacete responsable de no conformarte con lo que sobra. Ama tu soledad y no aceptes menos  solo para encajar. No te conviertas en una oveja mas. Estar en pareja es hermoso,  cuando el amor es real. Pero cuantas veces te quedas, por  miedo a la soledad. Confundimos el amor, con la comodidad. No sigas al rebaño y no te quedes  donde te hacen daño.

Perdida.

Me encanta pasear por varios lugares. Paseo mucho sola. No soy buena ubicándome ni con gps. Cada tanto me pierdo. Pero siempre encuentro el lugar o cosas mejores. Y si en realidad nunca me pierdo? Y si en realidad siempre llego al lugar correcto? Y si no existen los errores? Y si no hay decisiones equivocadas? Y si no es lo que esperabas, pero es justo lo que necesitabas? Y si eso que no se dio, fue porque hay algo mejor? Si, si… Definitivamente me pierdo. Disculpa.

Humanidad.

Vivo en los extremos, de ellos aprendo. Todavía no encuentro el punto medio. Resbalo y caigo al pozo, ya conozco la salida. Me caen las fichas en el momento justo. Tiempo divino, le digo yo. Creo en Dios y en la magia. Creo en el amor y en el alma. Creo en el destino y en las vidas pasadas. Creo en el karma y el dharma. Confío en el movimiento de mi cuerpo. Tengo fé en lo que siento. Soy tanta luz, como oscuridad. Me hago preguntas, que no sé responder. Busco perfección y encuentro humanidad. Me pregunto cuántos se sentirán igual.