Entradas

Quisiera.

Quisiera abrazarte y besarte en silencio. Las palabras sobran cuando te tengo conmigo. Quisiera con un abrazo protegerte de todo lo que te quita la calma. Quisiera con caricias, hacerte entender lo valioso que sos. Quisiera que mis besos, borraran de tu corazón, tus viejos amores fallidos. Quisiera entre mis brazos, crearte un refugio contra ansiedades y tristezas. Me encantaría que realmente comprendieras, que el amor es bonito  y que te lo mereces de a montones. Quisiera que al tenerte acurrucado en mi pecho, tus fantasmas se fueran. Quisiera con un beso en tu frente, borrar tus inseguridades. Quisiera alejarte de todos los males. Pero me salgo de la peli de Disney. Te abrazo fuerte, te beso y te digo que acá estoy para escucharte  aunque ahora no quieras hablarme.

BIAMOR.

Siempre lo sentí normal. Desde chica recuerdo mirar a las minas. Pero a los 15 me enamoré. Mi primer novio  Relación heterosexual. Casi 8 años juntos. Mi primer amor. Pero eso nunca lo tapó. Estar con hombres no me hace heterosexual. Siempre lo nombro abiertamente, el humor me caracteriza "Mamá me enseñó a comer de todo" cuento entre risas. Las minas me encantan, los hombres también. No tengo que elegir. No voy a responder al ¿Qué te gusta más? Soy bisexual y es la que hay ! Disfruto la banana y juego a la tijera. Perreo pa los nenes y perreo pa las nenas.

La verdad.

Mi verdad es mi perspectiva. Toda verdad depende de los ojos de quién lo vea, de quién lo cuente y de cómo lo cuente. La verdad nos hará libres dicen por ahí Y yo digo que mi verdad es tan válida como la tuya. Y ahí, se ve el estallido de los egos chocando . El de mente cerrada grita su verdad absoluta y no hay palabra que se cuele en oídos de quién solo escucha su propia voz. Quien entiende de libertades vocifera su verdad sin juzgar la ajena. Es que en un mundo tan diverso y complejo, ver el ombligo ajeno también suma, expande y libera. No olvides contar tu verdad, sin pisotear la verdad ajena.

Tu autenticidad.

¿Y tu autenticidad qué? Personas pasadas por la fotocopiadora. Cuánto dolor somos capaces de soportar por un poco de validación externa. ¿Qué máscara te clavas hoy, para encajar en el mundo de las apariencias? Recortas pedazos de vos para meterte en moldes que no te pertenecen. Cuánto miedo a brillar. Cuánto miedo a demostrar que no sos igual. Que incómodo para los otros tu intensidad. Cómo molesta tu libertad. No hables de sexo. Tampoco de espiritualidad. No muestres fragilidad. Recordá que todos miran el show, pero nadie conoce los ensayos. Cualquiera critica sin ni siquiera intentar, somos pocos los que probamos volar. La sociedad acepta y entiende más de cobardía que de sueños. ¿Quién sos vos cuando te sacas el disfraz? ¿Quién sos vos cuando no te comparas? ¿Quién sos vos cuando no intentas impresionar?

Casi nada.

Amores de esos que te destrozan,  que te revuelven la vida, el pelo, la cama, la panza y la calma. Nunca volví a ser la misma. Esas canciones con las que dormíamos sonaban a vos, a nuestros domingos, nuestras pelis, las tardes de lluvia, nuestras siestas, el café y el pan, el faso y el sexo, dormirme con tu ropa, tus perros en la cama, nuestro verano juntos y las noches acostados en el piso mirando el cielo… Pero siempre es temporario, porque sin importar cuanto mi cuerpo se enrede con el tuyo, llevamos un tiempo siendo nada, una nada que me aprieta el corazón, me retuerce el estómago, y se roba mis noches de sueño. Una nada que me ata a vos y me deja vacía porque siempre seremos un casi nada.

Si no hay amor que haya sexo.

Vení a buscar tus cosas- dijiste. Pero los dos sabemos como termina eso. Te di un beso en el cachete, como si no te hubiese besado todo el cuerpo ya. Puse cara de mala y me pare dejando distancia. Me miraste y me diste una bolsa. Acá están tus cosas- dijiste y te reíste. Me agarraste la mano y me acercaste a vos. El beso que nos dimos todo lo encendió. Tu lengua paseando en mi boca.  Tus manos bajando a mi culo. Me apretaste y la sentí, tu erección pegada a mi. Hasta enojada te deseo. En el beso empezaron las mordidas. Mi mano metiéndose en tu pantalon. Me bajaste el jean y me di la vuelta. Mis manos sobre la mesa. Tus manos en mi entrepierna. Me corriste el pelo, me tocaste el cuello, te chupe los dedos y de ahí fueron adentro. Te odio- pensé en silencio. Pero que rico se siente el sexo. Tus dedos húmedos prepararon la función. Sentí la penetración. Me pegue a tu cuerpo. Bien adentro. El único momento donde nos entendemos. Sin palabras tocamos el cielo. Ritmo perfecto. Adentro y afuer

Amor de caramelos.

Vos hablando hasta por los codos, y yo que no me canso de escucharte. Vos con la bolsa de caramelos. Yo picando flores. Un caramelo para vos y otro para mi, que me lo das en la boca. Ni el caramelo hace que te calles. Me contas tus historias entre babas sabor frutilla. Yo te escucho entre olor a mariguana y caramelo de banana. Termino mi creación y lo prendo. Te miro fijo. Presto atención a tus gestos, a tu sonrisa, a como todo en vos brilla, cuando hablas de lo que te gusta. Te admiro. -pienso por dentro. Largo el humo, me río, un caramelo desfila a tu boca y otro a la mía. El amor es tan simple. Caramelos, risas y charlas infinitas.

Roja.

Mirada de puta. Sonrisa perfecta. Lencería roja. Piel blanca. Pelo colorado. Mi perdición hecha diosa. Mi reina roja. Mis dedos húmedos. Tu respiración acelerada. Recorro con mi lengua tus pezones excitados. Tu flequillo despeinado. Tu cuerpo encorvado. Te hago desear hasta el final. Subo y bajo. Te beso cada lunar. Paso por tu ombligo, tu piel erizada. Tus ojos cerrados, tu cabeza hacia atrás. Te miro y me sonrio. Te doy lo que esperas. Gemidos ahogados. Tu mano en mi cabeza. Puteadas que me dedicas. Te tengo ahí, a punto de estallar. No sé quien disfruta mas. Llegas al final. Te veo explotar. En mi boca queda el sabor a gloria. Vos mi colorada. Mi reina roja.

Tus alarmas.

  La alarma interrumpe mi sueño. Te tengo abrazado. Apagas la alarma.  Te abrazo mas fuerte, te aprieto entre mis piernas, pego mi pecho contra tu espalda. Paso mi nariz por tu nuca, te huelo, respiro hondo. Te beso el cuello. Me acurruco contra tu espalda, todavía no abro los ojos. Vuelan los minutos. Segunda alarma. Me quejo con un sonido. Vos y tu manía de poner tres alarmas. La apagas. Te das vuelta, y pego mi cabeza en tu pecho, me abrazas. El mundo se detiene. Me hago chiquita entre tus brazos. Mis ojos todavía están cerrados. No hay pensamientos rondando, solo silencio. Mi mente se apaga, vuelvo a dormirme. Tercer alarma, 5:45 am te dejo ir. Y el mundo vuelve a girar.

Mi religión.

Vos y yo idénticos en locura. Dicen que los opuestos se atraen, pero qué hay de los que se conocen en el mismo infierno, quienes comparten el mismo manicomio. Mismos placeres. Mismos excesos. Nuestros mismos traumas nos hacen perfectos. La habitación en llamas. Los dos piromaniacos. Verte arder. Encenderme también. Tu cuerpo y mi cuerpo rompecabezas que encaja perfecto. Tus vicios, tus delirios, el arte que maneja tu boca y todo lo que tu mente me provoca. Tus demonios juegan con los míos. Con vos en mi cama bajo al mismísimo infierno, te rezo en lenguas que solo vos y yo entendemos. Tengo orgasmos en mis retinas del placer que me produce verte.  Vos, mi cama y yo la única ceremonia a la que quiero asistir. Creemos nuestra propia religión, dejame acabar mis domingos comulgando entre tus piernas y terminemos al fin encharcando las sabanas de pura agua bendita.

No daba tanto miedo.

  Y una noche pasó… de repente recordé tu risa, el sonido de tu voz al pronunciar mi nombre, recorde tu piel, tu olor.  Vino a mi cada mirada tuya  que me hacía entender que el cielo existe y se apaga en un parpadeo. Pero hoy, justo esta noche, todo se volvió olvido y ese miedo recurrente llegó, se hizo espacio entre mis memorias  y lleno de vacío todos los recuerdos con los que nos mantuve unidos -o eso intentaba hacer- Una noche, esta noche, te olvide. Y sabes qué? El olvido no daba tanto miedo.

No me amabas.

Yo nunca te guste realmente. Y cómo te iba a gustar, si vos amabas el drama, las peleas, las reconciliaciones fugaces, amabas el dolor, eras adicto a que te lastimen,  te engañen, te griten y te maltraten. Vos querias lo toxico, el conflicto. Y yo?... Yo te amaba te cuidaba, escuchaba tus historias, admiraba tu inteligencia, te hablaba claro, respetaba tus limites y espacios. Inteligencia emocional le dicen, yo le llamo ser buena persona y amar sanamente. Pero en mundo de los locos, los cuerdos somos los raros Y vos… Vos nunca me amaste, porque te aburriste de un amor que te daba lo que merecias, porque quien se acostumbra a migajas no se la cree cuando lo toca el pastel entero. Yo nunca te guste.

Ritual.

Era un ritual. En el que tu cuerpo y el mio se encontraban. Nunca entendí la magia que éramos capaces de crear. Cada movimiento tuyo encajaba con los míos. Tu cuerpo y el mío en puro éxtasis. El mundo dejaba de doler y todo se reducía a esa habitación. Mi cama, tu piel, tu sudor, una peli de fondo. Nada separaba tu cuerpo del mío. Las sábanas mojadas, respiraciones aceleradas, gemidos escapando. El ritmo subiendo, cada vez más rápido. Te toco el pelo, tan mío, tan cerca y a la vez tan lejos. El final. Dulce final. Músculos aflojando, la tensión bajando, tu boca encima de la mía, risas de por medio, espasmos involuntarios, tu pecho pegado al mío, tu corazón acelerado. Tan mío. Tan nuestro.  Ritual de orgasmos.

Nuestra peli.

Armabas un faso, yo ponía una peli. Discutimos cuál ver. Yo tan thriller, terror y dramas.  Vos tan infantil, fantasia y comedia. Lo prendias y yo me acostaba encima tuyo, tu cuerpo era mi mejor almohada. Ponía mi cabeza en tu panza, cada tanto te besaba y te mordía. Me hablabas.  Tu panza retumbaba, subía y bajaba. Contenias humo y me lo pasabas. Me sentaba arriba tuyo y fumaba. Mis manos nunca se cansaban de tu piel, casi no se despegaban. Me tirabas a la cama, ponias play y la película empezaba .  

Nuestra nada.

Gaste cuadernos escribiendo de vos, porque harte a todo el mundo de tanto nombrarte. Te deje mil veces en mi cabeza. Repase esa tarde, detalle por detalle. No había más vuelta que darle, me dolias. Me dolía la nada que nos unía y mi corazón se confundía porque solo jugabas a quererme. Me cree historias, para llenar las respuestas a las preguntas que nunca contestabas. Me regalabas dudas.  No me querías pero no me soltabas. No te ibas pero tampoco te quedabas. Éramos nada, un nada que me encantaba.

Flotar.

No quiero pensar, dejar de meter cabeza a todo, no quiero avanzar, pero tampoco parar. No encuentro salida al pozo, pero vuelvo a trepar, quiero salir, pero vuelvo a fallar, el barro en mis piernas, quiero gritar, no escucho sonidos, solo mi respirar, quiero salir, pero pedir ayuda nunca es una opción, porque la niña que soy no puede mostrar fragilidad, porque la mujeres somos fuertes y no pueden parar.  Intento saltar pero de nada sirve si los pies del suelo no puedo despegar, pienso y sobre pienso, me hundo más, el barro hasta el ombligo, no puedo escapar, me ahogo, las lágrimas encharcan el pozo, la lluvia cubriendo todo, solo queda flotar.

Mi rareza.

  Me ahoga el mundo y sus expectativas. Mis expectativas. Me como la idea de como “debería” de ser alguien de mi edad, de como “debería” solo hacer lo que me enseñaron. Me tiene que gustar juntarme con gente y contar mis problemas. Me tengo que quejar del trabajo que tengo. Tengo que hablar de problemas económicos Tengo que maldecir a cualquier gobierno y repetir “todos son iguales”. Tengo que conformarme con relaciones fallidas. Debería tener ansiedad, estrés y mínimamente dolor de espalda. Porque sino soy la “RARA”. La que sabe amarse a sí misma, la que se siente completa, la que disfruta de los domingos paseando sola. Soy la “RARA” que piensa distinto y no tiene miedo a decirlo. Soy la “RARA”  que disfruta su trabajo aunque sueña con otro mejor. Soy la “RARA” que aprendió a dejar ir lo que no suma y a ser quien quiero ser.

Cobardia.

  Cobardía esa que viene desde el estómago y me retuerce en dudas, que me mantiene anclada al deseo de volar, mientras ni siquiera intento despegar los pies del suelo. Gran cobardía la mía de querer escapar, mientras me aferro a la puerta de la jaula.