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San Telmo.

 Me pierdo entre callecitas de San Telmo. Hay tanto para ver, escucho a turistas pronunciar un español horrible. Paseo por la feria.  El de los sahumerios me regala uno.  Me paro en un puestito de libros usados, me hipnotizo por un rato de caja en caja, leo títulos hasta separarme unos tres o cuatro.  La que me atiende me mira seria, apenas de reojo, mientras me cobra me escupe un -gracias, con su peor humor.  Recorro calles sin GPS. Le saco fotos al cielo. Escucho a una nena preguntarle a la mamá por qué mi pelo es así.  Me quedo en una esquina escuchando a un chabon que canta un tema de Cerati. -Gracias totales y finaliza. Le dejo 200 pesos y me voy. Hace mucho que tengo el hábito de salir a pasear sola y ya dejé de decir que voy sola. -Voy conmigo contesto ahora. Sigo recorriendo callecitas de San Telmo conmigo misma.

Voy lento.

 Voy lento. Son las 4 de la tarde. Estoy tirada en el piso, en el pasto,  Es uno de esos días en los que no encuentro mi lugar. Mi cabeza me repite una y otra vez que voy lento. Simplemente tengo la sensación de no ser suficiente. Quien me juzga soy yo misma y me cuesta aún más arrancarme mis propias críticas. Voy lento. Y aunque no sepa ni a donde voy, mi cabeza sigue gritando que me apure. No sé el camino. Pero voy lento. No importa todo lo logrado si al final del día, ahí está de nuevo la voz. Voy lento. Tengo la sensación de vivir apurada. Y llevo toda mi vida viviendo así. Aunque a percepción de otros esto se vea muy distinto. Aunque mi reloj me diga que llegue a tiempo. En mi cabeza está cl aro. Voy lento.

Amanecer de invierno.

  Me despierto y sin abrir los ojos, siento el calor de mi perra durmiendo en la orilla de la cama, justo al lado de mis pies. En mi casa hace tiempo que duermo en compañía.  Tardo un microsegundo en sentir su mano en mi cintura, el calorcito que se desprende de su respiración pegada a mi nuca. Si pongo un poquito de atención, hasta puedo sentir sus latidos. Es invierno y todavía no amaneció del todo. Abro los ojos y la estufa apenas me deja ver la silueta de mi gato durmiendo enroscado en el jean que dejé en el piso. De fondo, en un volumen bajito suena Callejeros, yo y manía de dormir con música. El ambiente huele a sexo, sahumerio y marihuana. Me estiro un poco y agarro el vaso de agua sobre la mesa de luz, intento semi sentarme con mucho cuidado saliendo del calor de esos brazos y la cama. Mi boca está seca, tomo el agua y dejo el vaso en su lugar, escucho un suspiro y en apenas un susurro somnoliento me dice -Vení abrazame. Obedezco a ese pedido y me acurruco entre esos b...

Detalles.

Yo recuerdo la anécdota de tu cicatriz, esa que tenés en la frente. Yo me conozco la maña que tenés para pelar las naranjas. El detalle de como te tomas el tiempo cada mañana para batir el café, ese que yo me tomo como venga. Me sé el punto justo en el que te gustan las tostadas. Admiro la sutileza con la que me abrazas y me tapas en cada madrugada, en la que yo finjo dormir. Me conozco las distintas sonrisas que das, dependiendo del lugar en el que estas. Reconozco los días en los que solo te vestís de negro porque el humor no te acompaño al despertar. Te conozco detalle a detalle porque me tome el tiempo de amarte parte por parte.

Colita de rana.

Que exista la máquina del tiempo y me regrese todas las horas que perdí con vos. Que exista el borrado de memoria y me anule cada domingo que pasamos enredados en la cama, riendo, amando y creando ilusiones falsas de un futuro juntos. Que exista los viajes fuera del planeta para irme muy lejos de vos, y jamás cruzarte ni en foto. Que exista el clavo que saque a otro clavo.  Que existan los deseos que se piden con las velas de cumpleaños. Y que exista la colita de rana que sane mi corazón mañana.

Un día.

Un día ya no llore al verte pasar por la calle. Un domingo ya no te recordé con nostalgia. Una noche volví a tener sexo sin pensar en vos. Una tarde tiré la remera que me regalaste. Una noche pude escuchar canciones de amor sin extrañarte. Un día volví a abrir las redes sociales y ya no intente stalkearte. Un día dejo de interesarme tu vida. Un día por fin te solté. Un día por fin pasó. Un día por fin pasaste…

Nuestra relación en números.

N o duramos tanto o tal vez sí. Duramos 6 temporadas de Vikingos. Más de 15 viernes cenando pizza. Unos 10 kilos de helado los domingos. Unos 300 alfajores, de membrillo para mí, de chocolate para vos. Unas 500 canciones de cumbia cantadas a los gritos. Unos 1000 termos de mate. Más de 2000 memes compartidos. Unos 30 domingos de almuerzos con tu familia. Unas 80 tardes de siestas juntos. Por eso estoy segura, que duramos el tiempo correcto…

Sobre amor...

Necesito ver el mundo con ojos de enamorada. Necesito que el mundo color de rosa exista. Necesito que el amor me salve de un presente vacío. Necesito que el romance me demuestre que hay esperanza en  el otro, en mí, en todo… Necesito que el amor me rellene los huecos, los silencios, me desacomode el orden, le dé caos a la monotonía de mi soledad. Necesito el golpe de pasión, el miedo de perder a alguien, el sostén de una mano cálida que esta vez, por fin, no me suelte… Necesito que el romance me recuerde que todavía hay sangre corriendo en  este cuerpo, que hace años frezó su corazón para un después,  para alguna ocasión especial. Necesito el amor, para recordar que con mi amor propio ya lo tengo todo.

Amor de Disney.

Quería dejar al amor para una fecha que me convenga más sentirlo, dejarlo para algo en un futuro, postergarlo como una tarea  pendiente, sin tanta importancia. Siempre fui calculadora, organizada y tenía todo planeado.  En la lista de prioridades y cosas por hacer en mi vida, el amor estaba casi al final. Justo después de: "comprarme un auto" y el "viaje a Disney", arriba de "tener un hijo". Ahí, casi al final estaba: "Enamorarme". Una tarea más que con el paso del tiempo, pensé que tal vez nunca ocurriría, pero llegó, justo lo que no planee y todo lo que no sabía  que necesitaba y acá estoy a horas de arrodillarme en pleno viaje a Disney para pedirle a la mujer de mi vida que sea mi esposa.

Tatuaje de despedida.

 Me tatué tu despedida en la muñeca, por si algún día de poca dignidad se me ocurriera buscarte. Ese tatuaje sirve de recordatorio de toda nuestra historia de amor, esas pocas palabras, hablan tanto de vos como del nulo amor que me tenías, esas letras que seguramente escribiste apurada, esquiva, sin siquiera pararte a pensar en cómo lo tomaría yo. En ese corto pero conciso mensaje, pusiste fin a nuestra relación. Siempre admiré tu manera tan resolutiva de hacer todo, con vos la vida funcionaba así, crudo, rápido, instantáneo, y nuestro amor no fue diferente. Duramos lo suficiente, para que creyera en un futuro juntos que jamás funciono. Lo suficiente, para destrozar mi autoestima y el poco amor propio, que me dejó una vida media complicada. Pero volviendo a la frase, el tatuador me pregunto la historia, después de contarle, sentí su mirada de lástima, creo que le di un poco de pena, y es que esa frase encierra lo poco que me quise yo y lo mucho que te ame a vos. No sé si debería ag...

Un amor que siempre tuvo final.

Llegó el final. Nunca funciono. Jugar a quererse siempre sale mal, pero para llegar a esto pasaron por idas y vueltas, se quisieron, se desearon. Él ganó por cansancio y se hizo espacio en el corazón de ella. Por varios meses lo intentaron, jugaron a quererse, y pasaron del deseo al amor. Se conocieron de madrugada entre un vino y risas. Donde ella le contaba que solo buscaba sexo, pero él insistió en el amor. Ella solo le ofreció pasión, pero él desde la primera noche le entrego su corazón.

Amante.

Como le explico a mi cabeza que por mucho que me encante estar apoyada en tu pecho, sentir tu corazón, tu perfume, perderme en el retumbar de tus palabras vibrando en tu cuerpo, por mucho que quisiera parar el tiempo en cada risa compartida, todo esto es una mentira, porque tu corazón tiene dueña, y yo no soy ella. Yo soy yo, la que jugo al sexo y se enamoró.  Y ahora sueño, con pasear de la mano, con compartir la vida fuera del cuarto, que tus ojos se fijen en mí con amor y no solo con pasión, quisiera ser más que solo la que sacia tu deseo, la que se esconde detrás de un contacto sin agendar, la que te espera siempre dispuesta, quisiera ser más que ella, quisiera ser más que solo tu amante.

Que sabe.

Qué sabrá Dios de milagros si nunca escuchó tu risa. Ni el mejor explorador vio el paisaje tan hermoso que esconde tu mirada. Qué sabrá el cielo de desastres naturales, si no vio la tormenta que creamos en la cama. Ni la mejor melodía se acerca a la dulzura de tu voz. Qué sabrá el adicto de drogas, si no probó tus labios. Ni el mejor fotógrafo captó momento más hermoso que el verte dormir. Qué sabrán los chefs de manjares si no degustaron lo rico de tu cuerpo. Qué sabrán los manicomios de locuras si no conocen nuestra historia de amor. 

Amor bonito.

Un amor bonito y sencillo como una siesta en otoño, como una tarde de playa, como el silencio de la mañana, como un mate amargo con bizcochitos. Un amor que abrace y cuide como una charla con amigos, como un consejo de mamá, como un beso de tu mascota.  Un amor calentito como tortilla en invierno, como guiso de fideos moñitos, como petaquita de café al coñac. Un amor así, tan bonito como vos.

Amor de oferta.

Sos esa que sigue buscando calor en un fuego ya apagado, que sigue anclada a felicidades pasadas, escarbando en recuerdos, buscando momentos felices, para convencerte a vos misma de por qué te quedas.  Pero en el fondo lo sabes, el amor murió hace rato. Lejos están de ser lo que fueron, se rompieron tanto, que ya no hay pegamento que una todos sus pedazos, pero te quedas, te pones mil escusas y lo intentas, juntas los retazos de un amor barato, que en tiempos pasados valió cada centavo, pero hoy está en oferta, porque no vale nada, paso su tiempo de caducidad, ese amor podrido, amor vencido, te enferma el corazón y llena de moho tu vida.  Amiga espero que algún día, dejes de quedarte con el amor de oferta y entiendas que el amor propio cuesta más caro, pero su inversión vale cada centavo.

Catarsis 7/1

Acá o allá, ya no sé cual es mi lugar, quiero gritar porque el silencio me resulta insoportable, me marea lo rápido que va la vida, no tuve tiempo de reírme un poco más de mis derrotas, no jugué lo suficiente a tropezar con las mismas piedras, se me agotan las lágrimas y todavía no llore suficiente penas, la risa se me pierde, no se han compuesto suficientes canciones de desamor para representar lo que siento , los vacíos están repletos de silencios, guardo respuestas a las preguntas que nunca me hiciste, acumulo promesas sin cumplir. El mar se va a secar antes que yo aprenda a surfear las olas de tristeza que me devuelven a la orilla, aprendí a caminar por la cornisa, un pie delante del otro siempre al borde del desastre. Cuando me pierdo, en lo profundo me encuentro. Tengo atoradas en las manos palabras sin escribir, tengo el cuerpo repleto de emociones que no quise sentir, en mi cabeza brotan ideas que no quiero pensar, el alma me reclama más alegrías.  Mi cama está fría y ya no...

Brindé.

Brindé pidiendo que sea el último domingo en que te extraño. Que el lunes despierte con amnesia de amor. Que ese chin chin de copas borre nuestros recuerdos. Que el nuevo año me reseteé el corazón. Que después de las 12 ya no exista un pasado juntos. Que pueda olvidarme que lo nuestro no funciono. Que las sonrisas vuelvan a mi rostro. Que el 2023 se lleve los abrazos que me faltaron y el 2024 me devuelva el amor propio que perdí al quedarme a tu lado.

Amor en silencio.

Si te vas a quedar hacelo en silencio. No me des falsos te quiero, ni promesas que se esfuman en un fin de semana. Quereme despacito, no hay apuro para quien quiere quedarse toda la vida. Quereme a volumen bajito, porque ya no soporto tanto ruido. Quereme sin tanto show, porque solo yo te estoy viendo. Quereme libre, porque tal vez nunca puedas atarme. Quedate conmigo y hagamos silencios, porque el mundo ya grita demasiado. Quedate conmigo y unamos fragilidades, porque de falsas fortalezas esta repleto. Quedate conmigo y juguemos a perdernos, aunque el resto ya tenga GPS. Quedate conmigo y vamos a querernos suavecito, porque demasiado áspero ya está el mundo. Quedate esta noche y quereme en silencio.

Punto suspensivo.

Fuiste lo más bonito y desastroso que me pasó. Aprendí tanto del dolor, como también del amor. Me doliste demasiado, también te quise demasiado, más de lo que me gusta admitir. Te deje en mayo y te llore hasta febrero. Mi vida siguió, cambié, crecí, aprendí, pero nunca te olvide. Una parte mía se quedó atorada entre tus brazos y no quiso volver. Una parte tuya quedó marcada en mi alma y no pude borrarla. Cada tanto te colabas en mi presente.  Un recuerdo tuyo aparecía en mi mente. Hoy llego un mensaje, ese que tanto espere. Hoy volves a mi presente y ya no solo en recuerdos. Hoy veo tu vida a través de una pantalla. Hoy ignoro tu mensaje y sigo. Capaz nunca te conteste. Hoy veo tu mensaje y solo escribo. Hoy creo que hay capítulos que deberán quedar en un eterno puntos suspensivos...

Búsqueda.

Hace tiempo te saqué de mi vida, pero quién te saca de mi cuerpo. Tengo enterrado en el pecho tu recuerdo. Tengo tatuados en mi piel tus besos. Tengo incrustada en mi memoria, tu risa. Llevo ancladas nuestras noches de pasión, que con nadie superé. Me encuentro de cama en cama, buscando olvidarte. Recorro cuerpos buscando tu sabor. Acaricio pieles buscando tu suavidad. Doy besos buscando tus labios. Nunca es suficiente. Ya no sé si te quiero de vuelta o solo quisiera por fin olvidarte. Pero el alcohol no ahoga tu recuerdo,  ni las drogas nublan mis ansias de encontrarte. Y te busco desenfrenadamente en un orgasmo que comparto con un desconocido, en un amanecer de resaca, en un domingo de soledad. Pero te busco, y sigo buscando olvidarte, y ya no importa si en esa búsqueda me pierdo a mi, o te encuentro a vos. O tal vez, algún día con suerte, nos encuentre a los dos.

Tarde.

Y un día no me aguante más y te busqué. Necesitaba contarte cuanto te extrañaba, que supieras que el paso del tiempo no cambió nada y solo alargo mi tortura. Quería que supieras que seguía regresando a esas noches de verano. A esas tardes de lluvia. Al sin fin de sexo, en el que nos perdíamos. Recordaba cada mirada, cada juego en la cama, cada caricia que en mi cuerpo quedó grabada. Que ningún abrazo nunca se comparó a los nuestros . Necesitaba contarte, que mi cuerpo aun extraña tu calor. Que nunca más nadie me elevo al cielo. Que por mucho que intentara, tu recuerdo no me dejaba. Quería contarte cuanto extrañaba tu risa y nuestras charlas. Y un día no me aguante más y te busqué, pero fue tarde. Porque te encontré construyendo la vida que soñamos juntos, pero mi lugar lo ocupaba alguien más. Y te busqué pero fue tarde, porque vi el brillo en tus ojos, tu sonrisa, la manera en que se veían... Y fue tarde, muy tarde  porque entendí que esta vez, realmen...

Bendecida.

Y hoy las mariquitas me acompañan  porque yo le doy suerte a ellas. Y así ando bendecida. Porque deje de buscar el cuerpo perfecto. Porque ya no me comparo con el resto. Porque ya no doy explicaciones por mi pelo. Porque hoy hablo de lo que quiero. Sexo, libertad, drogas, amor y siestas. Porque mi reloj ya no funciona al ritmo del resto. Ando bendecida porque todavía le rezo a Dios, aunque ser buena persona sea la mejor religión. La magia me persigue porque siempre estoy disponible a su encuentro. Ya no espero al clima perfecto. Ya no espero nada del resto. ¿Si hoy ya te tenes a vos, a quién más esperas? Ando bendecida porque puse el oído ahí cerquita del centro, y escuche a mi corazón decir: Que te chupe un huevo el resto. Hace la prueba. ¿Qué dice  tu corazón?

Catarsis 6/12

Me exijo ser feliz, aún cuando desconozco donde queda eso. Me peleo con el presente. Mi cabeza es un quilombo. Mis realidades se pelean con mis expectativas. Tengo resaca emocional. Mi mundo ideal se pelea con la verdad. Mi espalda no aguanta una contractura más. Mi estómago ya no sabe como regular mis emociones. La autodestrucción como lo cotidiano. Repasar el pasado. Toquetear en llagas que casi cicatrizaron. Alejarme como mecanismo de defensa. Meterme a laberintos para encontrar nuevas salidas. La exigencia como bandera. ¿Y si nunca encuentro lo que busco? Bajo a pozos, donde ya construí mis propias escaleras. Me perdí. ¿Dónde me dejé la última vez? Mi ego quiere validación externa. Mi cabeza no sabe frenar, todo lo quiero ya. No encuentro la raíz de la maldita enredadera. Hablarlo me libera. Romantizo mi dolor. Amontono palabras y creen que es arte. Cree mi hogar en la oscuridad. Rellené cuadernos entre mocos y agua salada. Me cree mi propia terapia. Soy mi peor psicóloga. Y hoy me...

Amor y miedo.

Tengo miedo que un día te des cuenta que no soy nada perfecta. Que esa piel que hoy te encanta a veces tiene granos. Que esa sonrisa que siempre me alagas, a veces no es más que una boca seria y callada. Tengo miedo que un día ya no veas esa luz, que siempre decis que tengo. Que un día ya no te diviertan mis anécdotas. Que un día te desenamores de mí, cuando descubras que en realidad soy aburrida. Que una noche te canses de ver películas conmigo. Que ya no quieras escucharme mientras te cuento sobre el libro que termine. Me da miedo que alguna noche te canses de dormirte con mi cabeza apoyada en tu pecho. Me da miedo que un día ocurra eso que me da tanto miedo.

Mi juego.

Solo vine a divertirme Dejame jugar. ¿Qué problema hay si hoy quiero ser todo a la vez? De chiquita era cantante, veterinaria y maestra. ¿De adulta, quién pone los límites? Dejame descubrir quién quiero ser hoy. Se olvidan de divertirse. Si nadie te viera, si nadie te juzgara, ni opinara, quién serías hoy? Si a nadie le importara la manera en que se ve tu cuerpo, seguirías haciendo glúteos? Si no tuvieras que encajar, seguirías emborrachandote cada fin de semana? Si no tuvieras que impresionar a nadie, seguirías teniendo redes sociales? Yo no quiero olvidarme de jugar. ¿Para qué hago lo que hago?  Me lo pregunto siempre. La felicidad es gratis.  Pero algunos le ponen un precio muy alto. Y yo solo quiero divertirme. Ya no creo en los adultos aburridos.  Yo no quiero olvidarme de jugar. Y si mañana me pinta ser mochilera? Y la semana que viene arranco teatro? Si solo hicieras lo que te divierte, que estarías haciendo? Ponete a jugar. Creo que el jueves voy a ser vegana. Y e...

Si te hubieras quedado.

Si no te hubieras ido, tu cuerpo seguiría siendo quien despierte todos mis deseos. Seguiría besando incansablemente tu cuello. Seguiría deleitando mis ojos con tu cara de placer. Seguiría haciendo el recorrido desde tu boca hasta tu entrepierna. Seguiría sumida en ese movimiento hipnótico, donde el mundo entero podría romperse, pero yo no pararía de moverme. Seguiríamos inundando las sábanas. Seguiría mezclando mi saliva con tu sudor y orgasmos. Seguiría con mi lengua saboreando cada uno de tus lunares. Mis dedos seguirían bailando en tu interior. Me seguiría embriagando con tu olor. Seguiría estirando tu pelo, en cada orgasmo sin freno. Seguiría con mordidas de pasión, marcando tu piel blanca.  Si no te hubieras ido, tus tetas seguirían siendo mi mejor almohada. Si no te hubieras ido rubia, estaría leyendo apoyada en tu espalda. Pero te fuiste. y hoy solo me queda, clavarme una paja.

Catarsis 19/10

Mi estómago un nudo. La garganta me asfixia. La piel de gallina. Mis ojos a punto de largar un mar. No sé donde quiero estar. El cielo me calma. La naturaleza siempre termina siendo mi refugio. Me voy a una plaza. Creo que todo me deja de doler un poco, cuando el sol me da en la cara y veo la hojas de los árboles moverse. Respiro libertad. La calma que trae el silencio. Observar lo que es. Dejar ser. La naturaleza me enseña. Lo cíclico de la vida. Amanecer y atardecer. La dualidad en todas las cosas. Morir y renacer. Mirar el cielo y creer en los milagros, entender que todo pasa por algo. La nostalgia de los viajes de verano. Un porro, el cielo, un árbol y yo. A veces siento que mi felicidad es inmensa, en esos instantes en que me tengo a mi y a nadie más. El silencio me resulta confortable. La soledad siempre será mi mejor compañía. Encuentro paz en la simpleza. No entiendo de vueltas, ni de complicaciones. No me gustan las historias largas para contar lo simple, siempre fui impacient...

El montón.

Se les olvida, que las personas fuertes, tuvimos que atravesar infiernos. Se les olvida, que las minas libres, tuvimos que saltar de jaulas. Se les olvida, que el amor propio, se construye a base de límites y auto disciplina. Se les olvida, que para ser originales, tuvimos que sacarnos las caretas. Se les olvida, que para ser una misma, tuvimos que dejar de intentar pertenecer al montón. Eso que admirás en otros, requirió coraje y decisiones difíciles. Ser felíz es para valientes, los demás solo eligen ser del montón.

La vez que me rompí el corazón

La vez que mi corazón se rompió. No cociné por un mes. Dejé de entrenar. Intenté llenar el vacío, como todos los adultos que conozco: con alcohol, drogas,  películas  y series. Sabía, que la vida seguía. Pero me rompí igual. La cabeza entiende rápido, o la mía siempre funcionó así. Pero el corazón, es otro mambo. Intenta consolar un corazón a las 3 de la madrugada, o un domingo a la tarde, cuando  la única que te abraza, es la soledad . Cuando mi corazón se rompió, no pude buscar otro cuerpo, así tan rápidamente, como hiciste vos. No quería sentir otras manos, recorriéndome la piel. No lloraba, como si hasta mis lágrimas  te hubieras llevado. Te eliminé y agendé incontables veces. Cerré las redes sociales, las volví a abrir. Miré cien veces tu foto de perfil. Te busqué en cada calle. Esperé cada madrugada un mensaje. Miré estúpidamente nuestras conversaciones. La mierda de extrañar lo cotidiano. Extrañé a tus perros. Guardé memes, por si volvíamos. Guardé los dibujos...

Magia.

La magia está ahí. En el árbol más bonito de la plaza. En el cielo, sin importar el clima. En el asiento que se desocupa, justo  cuando venis cansada. En el auto que te deja pasar. En la doña que ves regando las plantas,  todas las tardes. En la felicidad de tu perro cuando llegas. En el mate con bizcochitos. En esa kiosquera, que siempre te atiende  con buena onda. Los domingos con la familia. Las tardes de siesta. Encontrar la birra en oferta. Las risas con amigos. La ducha fria en pleno verano. La cumbia y el vino. La magia sos vos, brillando y recordando  que viniste a ser felíz. Aprendí, que la magia está en todas partes, pero solo se muestra, a quien realmente quiere verla.

Parate a ser felíz.

Saborea lo cotidiano. El silencio de la mañana. El calorcito del mate. La caminata hasta el laburo. Fijate en lo chiquito.  En lo simple, eso que das por hecho. En el "buen día" que te dice el chofer. En la sonrisa que te regala la nena, que viaja en el asiento de enfrente. Saboreate esa canción, que pones todas las mañanas. Mira el cielo. Respira, antes de dedicarle una puteada interna a tu jefe. ¿Y si solo por hoy, prestas atención a lo que almorzas y no miras el celular? Para saborearte la vida, necesitas eso.  Prestar atención. Es casi una magia. El tiempo se detiene, cuando te enfocas en los detalles. En lo rico de la comida.  Los perros jugando en la calle. En la risa de tus compas del laburo. En lo que dicen las canciones del Pity. Parate a sentir. Presta atención. Porque todo lo que vivis ahora, en un segundo se convierte en recuerdo. Como cuando extrañas cosas del pasado, que te hicieron feliz, pero mientras lo vivías, no sabías que lo estabas siendo. Hoy parate...

Dejar de intentar.

¿Quién debería de ser para que te quedes? ¿Qué parte de mi te estorba? ¿Qué es lo que te hace dejarme, en medio de la nada? ¿Cuál es la parte defectuosa de mi? ¿Qué me falta para alcanzar el altar, ese que me creaste en tu cabeza? ¿Qué parte debo mutilar en mi, para encajar en tu rompecabezas? ¿En cuántos pedazos más debo romperme, para entrar en tu molde perfecto? ¿Cuántas batallas debo luchar, para ganarme tu corazón? ¿Cuándo seré digna de tu amor? ¿Cuánto más debo  desarmarme para ser parte? ¿Cuántos disfraces debo ponerme? ¿Cuál personaje toca interpretar? ¿Qué máscara queres hoy? ¿Alguna vez seré suficiente? ¿Alguna vez dejarás de pedirme más? ¿Alguna vez lo dejare de intentar?

Queriendo.

Te estoy queriendo y tengo miedo que la burbuja se explote. Que ya no pueda jugar con tu pelo, mientras te tengo apoyado en mi pecho. Que ya no pueda reírme de los sonidos raros que haces al contarme algo. Que nuestra ropa interior, ya no se enreden juntas entre las sábanas. Que ya no haya sexo en la ducha, post sexo en la cama. Que mis pies ya no se calienten con los tuyos, en las noches de frío. Que tus manos ya no me aprieten los cachetes, mientras me besas. Que ya no haya abrazos de reencuentro, después de días sin vernos. Nos estamos queriendo y me da miedo que tanta felicidad se nos agote. Que sea cierto, eso de que la vida no es todo color de rosa. Pero si estoy con vos, me banco la vida de cualquier color. Porque nos estamos queriendo y ya no me importan los miedos.

Andate.

Solta. Andate boluda. Deja de mendigar migajas. Deja de esperar que mágicamente se de cuenta que te quiere. Deja de dedicar tiempo a esa inestabilidad. Las vueltas para la calesita. Sacate el cartel de oferta. El amor es claro. Quien no sabe lo que quiere, que se clave una paja, porque vos te mereces tremenda revolcada y besitos en la frente. Andate boluda.  Que las medias son para los pies,  porque el amor a medias no existe. Porque las idas y vueltas te revuelve la panza  y te dejan llorando en la madrugada. Andate, porque nadie que valga la pena va a  llenarte de tantas dudas. Solta, porque se te apaga la sonrisa por cada noche que te deja plantada. Andate boluda, porque quien te quiere, no duda.

Cobarde.

Cobarde vos, que no te dio el pecho para aguantar el amor. Cobarde vos, que preferiste soltar mi mano, antes que aguantar una mala racha. Cobarde vos, que prometiste lo que no cumpliste. Cobarde vos, que disfrutaste del viaje, pero no te bajaste a empujar cuando algo no funcionó. Cobarde vos, que solo reíste conmigo, pero los mocos los banque sola. Cobarde vos, que compartiste mis triunfos, pero huiste en mi derrota. Cobarde vos, que me acompañaste en la luz, pero en la oscuridad, me toco pelear sola contra los monstruos. Cobarde vos, que no te dio la nafta para acompañarme y me dejaste  tirada en medio del viaje. A vos cobarde, te agradezco por enseñarme que siempre me tengo a mi y que lo tibio, hace doler la panza.

Crecer.

Los juguitos en la vereda. Andar en bicicleta de esquina a esquina. Tomar la merienda en la casa de la vecina. Que mis hermanos me molesten por ser la menor. El matecocido con leche y pan. Mis Topper blancas. Mi guardapolvo con volados. Ser la primera de la fila. Pagar el pasaje escolar y con monedas. Mirar el Zorro mientras almorzaba. Que mi única responsabilidad sea limpiar la mesa y barrer el comedor. Mi perra Mia. Sacar fiado en el kiosco de Pedro. Jugar al poliladron. Tiras de caramelos Fizz. Alfajor Fulbito. Cartuchera de tres pisos. Hojas Éxito. Saltar la soga. Mancha congelada. ¿Para que mierda queríamos crecer no? Yo ni creci tanto.  26 años.  1.49 de altura. Ya no sueño con crecer.

Soledad.

Me enamoré de la soledad. Mi zona de confort. Mi lugar seguro. Mi libertad. Mi tranquilidad. Mi ritmo. Mi espacio. Mis silencios. Mi calma. Mi felicidad. Pero habitar la soledad también es: Demasiada libertad. Demasiada tranquilidad. Demasiado espacio. Demasiado silencio. Demasiada calma. Demasiada felicidad. ¿Algún día sabré, cuanto es demasiada soledad?

Ausencia.

Encontrarme sola, mi cabeza y yo. Chats en blanco. Mensajes que dejo en borrador. El cielo eternamente nublado, ya no florecen las primaveras. El lado derecho de la cama vacío. Café para uno.  Cepillo de dientes sin par. No más duchas de a dos. La calma que no pedí. El eco de tu ausencia recorriendo la casa. No más mates y charlas de madrugada. No más chocolates en la cama. El vacío repleto de silencio. Te recuerdo tanto, que a veces me olvido de tu ausencia.

Mi compañera.

Te miro y me sonrio. Por momentos siento que nos teletransportamos a otros mundos. Vos mi refugio chiquitito. Mi lugar feliz. Sos tanta magia contenida en cuatro patas, que me resulta difícil explicar. No tengo idea, a donde se va la tristeza, cuando te tengo conmigo. Porque cuando todo afuera me duele, vos me alivias. Con tu colita inquieta, a todos mis fantasmas ahuyentas. Me enseñas amor incondicional, ese amor del mas real. Pocos entienden mi locura por vos, porque solo pocos sabemos, lo que se siente en el corazón, cuando el mundo es una mierda, pero llego a casa y tengo esas cuatro patitas saltando a mi alrededor, festejando mi llegada, colita va, colita viene, felicidad compartida. Nada mejor que vos, compañera de vida.

Amor de mi vida.

Tengo toda la vida para conocerme. A veces acelero demasiado. Me olvido que en el movimiento lento, hay espacio para apreciar cada momento. La maldita inmediatez. Me quiero amar toda mi vida. Quiero enamorarme día a día. Hacerme el amor cada noche. Regalarme alegrías. Enamorarme de mi flequillo despeinado al despertar. Enamorarme del mar de lágrimas que soy, cuando algo me duele. Enamorarme de mis arranques de furia, cuando me enojo. Quiero amarme entera y en libertad. Enamorarme de mi luz, pero también de mi oscuridad. ¿Cómo te enamorarías vos, si fueras el amor de tu vida?

Puede funcionar.

Tenés tanto miedo a que te quieran bien, a que venga alguien que te descongele el corazón. Le tenés miedo a que te muevan el piso que te costó construir, a que llegue alguien, que te desordene la calma y la soledad. Que te confronte con tus ideas auto impuestas sobre el amor. Te da miedo soltar el disfraz de indestructible, del que NO se enamora. Te escondes detras de un cobarde "soy asi",  para no aceptar que alguien te quiere de verdad y sin condicionamientos. Te acostumbraste tanto a que te apaguen la luz,  que ya ni te la crees cuando llega alguien que te invita a brillar. Tenes miedo a dejarte amar. y te entiendo,porque siempre puede fallar. Pero quien te niega, que solo por esta vez, pueda funcionar?